Call for Papers 3 (2): ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA FILOSOFÍA: SUBJETIVIDADES DISIDENTES, PRAXIS TRANSFORMADORA Y PENSAMIENTOS CRÍTICOS.

2024-08-20

Latin American Journal of Humanities and Educational Divergences es una publicación semestral de acceso abierto, editado por Grupo J. J. San Marcos (Perú), que tiene como objetivo la difusión de investigaciones en el ámbito de las humanidades y la educación que problematicen tópicos críticos sobre la sociedad contemporánea en orden a contribuir a su transformación justa, simétrica y digna. La revista recibe trabajos inéditos y originales de carácter científico, especialmente artículos científicos (investigaciones cualitativas y/o cuantitativas, así como reflexiones conceptuales), reseñas de libros y eventualmente entrevistas.

Para la convocatoria de su tercer número la Revista organiza un dossier “Entre la educación y la filosofía: Subjetividades disidentes, praxis transformadora y pensamientos críticos” teniendo como editores invitados a la investigadora Verónica del Cid (Coordinadora de la Red Mesoamericana de Educación Popular – RED ALFORJA) y a los investigadores Rigoberto Martínez Escárcega (Director General del Centro Latinoamericano de Pensamiento Crítico, México) y Juan Manuel Spinelli (Miembro del PICT: “Debates actuales en torno al posnaturalismo”, Agencia, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina; y del PIO: “Psicología, psiquiatría y psicoanálisis en El Anti-Edipo”, SECYT, Universidad de Morón, Argentina. Becario Doctoral UM-CONICET).

El mundo actual nos desafía con su complejidad, en la cual ya no funcionan adecuadamente los paradigmas y los metarrelatos que intentaron constituirse como un marco orientativo tanto en el plano de la acción como en el ámbito del pensamiento a lo largo del siglo XX.

La naturaleza, utilizada como un mero recurso al servicio de las grandes empresas y la lógica del capital, se encuentra en una situación de crisis: nos encontramos ante una verdadera catástrofe ecológica a la cual no podemos hacer frente sin tematizarla y sin cuestionarla dentro y fuera del espacio áulico. Es prioritaria, en este sentido, la emergencia de una ecopedagogía sensible a fenómenos tales como el cambio climático, el agotamiento de recursos y la sobrevivencia, cada vez más comprometida, de la vida en nuestro planeta.

Se trata, por otro lado, de recuperar (al margen de los esquemas ideológicos tradicionales) el carácter intrínsecamente político de la educación en todos sus aspectos y niveles. El mundo globalizado no ha logrado deshacerse de la desigualdad, la opresión y la explotación de las clases y los sectores sociales más vulnerables; en cierto modo, incluso, las ha reforzado a través de estrategias inéditas y mecanismos de invisibilización. Se requiere, entonces, una educación que contribuya a la creación de imaginarios emancipadores y a la promoción de pensamientos críticos.

El debate filosófico, además, ha desembocado en un escenario en el que han tenido lugar varias muertes: la de Dios, la del Hombre, la del Sujeto, la de la Razón y los Grandes Relatos. Sin embargo, esto ha redundado en una situación generalizada de precariedad existencial, fragmentariedad de sentido y desfundamentación de la vida humana. Tanto la educación como la filosofía, por consiguiente, deben asumir el reto de volver a pensar a los seres humanos en relación con la Otredad y con la naturaleza, rompiendo con el antropocentrismo y, al mismo tiempo, con el individualismo.

Otra cuestión que nos interpela y nos convoca a tomar parte en la discusión es la que tiene que ver con el surgimiento de un discurso decolonial que pretende visibilizar las relaciones de poder en los entramados discursivos que prevalecen en los países tradicionalmente llamados “periféricos”. Nos preguntamos, en esta línea, cómo contribuir desde la ética y la pedagogía a la crítica del eurocentrismo y de las prácticas de sometimiento que este implica sin caer en reivindicaciones chovinistas ni meras exaltaciones regionalistas y manteniendo una línea de apertura, intercambio y diálogo global.

Los seres humanos no podemos desarrollar nuestras vidas en ausencia absoluta del sentido. Los avances tecnológicos, las crisis y las eventuales reconfiguraciones de las identidades tanto personales como colectivas, la complejización de lo real a partir de la incorporación de lo virtual en nuestras vidas cotidianas son solo algunos de los fenómenos que nos obligan a repensar la relación entre filosofía y educación. Ante la homogeneización del pensamiento único, que nos conduce hacia el “desierto de lo real”, es necesario desarrollar procesos de formación alternativos que sean capaces de coadyuvar a la creación y potenciación de subjetividades disidentes.

Ya a fines del siglo XX, el filósofo francés Félix Guattari denunciaba que, bajo la apariencia de un enfrentamiento antagónico entre dos bloques ideológicos opuestos, el capitalismo se hallaba integrado a escala mundial. Esto exigía –y sigue exigiendo más que nunca– la emergencia de nuevas formas de hacer política a través del agenciamiento de aquellas minorías que padecen los rigores del neoliberalismo y que tienen necesidad de superar su dispersión sin que ello vaya en perjuicio de sus respectivas singularidades: el propósito que nos convoca, por ende, es pensar y educar en y para las diferencias, sin descuidar el trazado de líneas de alianza que hagan posible un mundo alternativo.

La globalización, además, presenta aspectos positivos y negativos, ventajas y desventajas. Su propia definición, de hecho, está cargada de ideología y supone una trampa conceptual desde el momento en que esconde o invisibiliza un amplio abanico de fenómenos políticos, económicos y culturales. El avance tecnológico y comunicacional nos plantea el dilema de cómo evadir la imposición de consensos sin dejar de construir una identidad planetaria genuina y dignificante; esto es una tarea urgente para la educación y la filosofía.

La estética, por último, tiene también un papel relevante que no pasa por la contemplación ni por la plácida exaltación de los elementos “ornamentales” o “decorativos” de la existencia desde una posición elitista. Arte y militancia se conjugan en una multiplicidad de perspectivas teórico-prácticas de transformación de la realidad que no pueden darse sin una resignificación de lo que alguna vez supo llamarse “utopía” y que compete, inexcusablemente, a todas aquellas personas que hacen de la reflexión y la enseñanza su profesión habitual con una mirada crítica. 

Sobre esta base, se proponen los siguientes ejes temáticos:

  • Ecopedagogía y ecosofía en la era “posnatural”: desafíos y perspectivas.
  • La dimensión política de la educación en el siglo XXI: ¿cómo generar pensamientos críticos?
  • Poshumanismo: ¿el fin de la educación humanista?
  • El discurso decolonial en diálogo con la ética y la pedagogía de la liberación.
  • Hacia la formación de subjetividades disidentes: nuevos horizontes de sentido.
  • Los movimientos sociales y el altermundismo en la actualidad.
  • Tecnología, comunicación y virtualidad: la construcción de una identidad planetaria.
  • Artivismo: la creación estética como praxis transformadora.

El plazo límite de envío de las contribuciones es el 30 de abril de 2024. Los envíos deben realizarse por medio del OJS de la revista:

https://revistas.jjsanmarcos.org/index.php/lajhed/about/submissions

Los artículos deben usar el formato de citación APA (séptima edición), deben ser inéditos y no deben ser enviados en simultáneo a otra revista. La extensión mínima son 12 cuartillas y la máxima 25; en ambos se debe enviar un archivo en .docx o .doc en formato carta, márgenes 2.5 e interlineado 1.5. Para el caso de las reseñas, la extensión mínima es de 5 cuartillas y la máxima de 10 con los mismos requisitos formales que los artículos. Para más detalle se puede revisar las normas para autores: https://revistas.jjsanmarcos.org/index.php/lajhed/author-guidelines. Cualquier consulta puede escribirse al director de la revista, Jesús Ayala-Colqui: jesus.ayalacolqui@educaidscientific.com