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El modelo educativo bolivariano, una expresión del
pensamiento pedagógico robinsoniano
The bolivarian educational model, an expression of
robinsonian pedagogical thought
Luis Gerardo López Carvajal
0009-0001-7773-1149
Universidad Bolivariana de Venezuela
ubv770925@gmail.com
Duber Reinaldo Sánchez Carrera
0009-0004-7025-9314
Universidad Latinoamericana y del Caribe
sanchezduber@gmail.com
Recibido: 15/11/2024
Aceptado: 10/12/2024
Publicado: 31/12/2024
Cita en APA: López, L. & Sánchez, D. (2024). El modelo educativo bolivariano, una expresión del
pensamiento pedagógico robinsoniano. Revista Latinoamericana de Humanidades y Desarrollo Educativo, 3(2),
pp. 44 - 56.
Revista Latinoamericana de Humanidades y Desarrollo Educativo | ISSN (en línea): 2955-8891
Vol. 3, núm. 2, pp. 44 - 56.
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Resumen
Este artículo explora el Modelo Educativo Bolivariano, un enfoque integral que busca
transformar la educación en Venezuela a través de principios de inclusión, equidad y
calidad. Se fundamenta en la legislación vigente y en el pensamiento pedagógico de Simón
Rodríguez y Simón Bolívar, promoviendo una educación que fomente la creatividad, el
pensamiento crítico y la participación activa de los ciudadanos. La investigación se realizó
basado en un análisis documental de fuentes legales, textos pedagógicos y estudios sobre la
educación en el contexto venezolano. Se examinan las características del modelo, su
didáctica centrada en la investigación y la innovación, y la importancia de la formación
docente. Además, se destaca la necesidad de colaboración entre el Estado, las familias y la
comunidad para garantizar la efectividad del modelo.
Palabras Claves: Modelo Educativo Bolivariano, Inclusión, Equidad, Formación Docente,
Transformación Social.
Abstract
This article explores the Bolivarian Educational Model, a comprehensive approach that
seeks to transform education in Venezuela through principles of inclusion, equity, and
quality. It is based on current legislation and the pedagogical thought of Simón Rodríguez
and Simón Bolívar, promoting an education that fosters creativity, critical thinking, and
the active participation of citizens. The research was conducted based on a documentary
analysis of legal sources, pedagogical texts, and studies on education in the Venezuelan
context. The characteristics of the model, its didactics focused on research and innovation,
and the importance of teacher training are examined. In addition, the need for
collaboration between the State, families, and the community to ensure the effectiveness
of the model is highlighted.
Keywords: Bolivarian Educational Model, Inclusion, Equity, Teacher Training, Social
Transformation.
El modelo educativo bolivariano, una expresión del pensamiento pedagógico robinsoniano
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Introducción
El Modelo Educativo Bolivariano se erige como una respuesta integral a las
necesidades educativas de Venezuela, fundamentándose en los principios de equidad,
inclusión y participación social. Este enfoque educativo no solo busca garantizar el acceso
a una educación de calidad para todos los ciudadanos, sino que también promueve la
formación de individuos críticos y comprometidos con su entorno. Inspirado en el
pensamiento pedagógico de figuras como Simón Rodríguez y Simón Bolívar, el modelo
enfatiza la importancia de una educación que trascienda las fronteras del conocimiento
convencional, integrando diversas corrientes de pensamiento y valorando la riqueza
cultural del país. En este contexto, la educación se concibe como un derecho humano
fundamental y un deber social, donde el Estado, las familias y la comunidad juegan roles
cruciales en la construcción de un futuro más justo y equitativo. Este artículo explora las
características esenciales del Modelo Educativo Bolivariano, su alineación con la legislación
vigente y su potencial para transformar la realidad social y educativa de Venezuela.
En todos los sistemas educativos del mundo, se busca alcanzar los más altos niveles
de desarrollo y bienestar social a través de la educación. Sin embargo, los esfuerzos se
centran, tanto directa como indirectamente, en mejorar la calidad educativa. Esto implica
la implementación de diversas estrategias y la inversión de recursos, tanto humanos como
materiales. La educación es un derecho humano fundamental e inalienable, caracterizada
por su masividad, inclusión y pertinencia social. Además, desempeña un papel crucial en
distintos contextos de la vida nacional, lo que exige la incorporación y creación de
innovaciones educativas, tanto científicas como tecnológicas. Estas innovaciones son
esenciales para satisfacer las demandas pedagógicas que surgen en la relación entre docentes
y estudiantes, así como en la interacción entre la escuela, la familia y la comunidad.
La educación es un proceso que facilita el aprendizaje y la enseñanza, y al mismo
tiempo, es un derecho fundamental para todos los ciudadanos. Por esta razón, contribuye
significativamente al desarrollo personal, empoderando a los individuos a través del
conocimiento, el criterio y la reflexión. La lectura y la escritura son herramientas clave en
este proceso, ya que permiten el desarrollo de habilidades e inteligencia necesarias para
canalizar los talentos humanos hacia su máximo potencial en diversas áreas del saber. De
esta manera, la educación se convierte en un instrumento valioso para la toma de decisiones
en el marco de las políticas educativas, lo que puede conducir a una participación activa y
productiva en la sociedad. Así, los individuos se convierten en agentes transformadores que
aportan constantemente a la construcción de una comunidad más justa y equitativa,
favoreciendo el crecimiento y el desarrollo tanto individual como colectivo.
Fundamentos del modelo educativo bolivariano
Es importante señalar que, tanto en teoría como en práctica, el modelo educativo
bolivariano se inspira en el pensamiento pedagógico del Maestro de la Patria, Simón
Rodríguez. Tras los eventos de 1797, conocidos como la conspiración de Gual y España,
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Rodríguez se vio obligado a abandonar su tierra natal. Este episodio marcó un hito en su
vida, ya que nunca volvió a pisar suelo venezolano después de ser acusado de liderar un
movimiento preindependentista. A la edad de 28 años, su primer destino fue Kingston,
Jamaica, donde adoptó el nombre de Samuel Robinson. Posteriormente, continuó su viaje
hacia Estados Unidos y Europa, donde realizó diversos trabajos que le permitieron dominar
varios idiomas: inglés, francés, latín, italiano, alemán, portugués y ruso, además del español.
Simón Rodríguez se mantuvo siempre fiel a los principios en su incansable búsqueda del
conocimiento científico y del arte de la pedagogía. Esta pasión por aprender y enseñar fue
el motor que impulsó todas sus acciones como maestro, investigador y escritor.
Es importante destacar que, al cambiar su verdadera identidad, Simón Rodríguez
se vio obligado a ocultar sus habilidades en la docencia y a mantener un perfil bajo. Esta
situación lo llevó a desempeñar diversas actividades laborales, no por deseo de acumular
riquezas, sino con el noble propósito de subsistir y sobrevivir a las persecuciones de la
corona española. Su búsqueda incansable del saber fue malinterpretada por muchos,
quienes lo consideraron un loco por su vasto conocimiento enciclopédico, poco
comprendido en su tiempo. Como él mismo expresó,
“he sido el único Americano del Sur que me trasladé a Europa,
no con el fin de derrochar fortunas logradas en regiones pobres,
sino con la divisa de adquirirla; trabajé, observé y creo saber
muchas cosas; pero como hablo de asuntos extraños, nadie me
entiende y paso por loco” (Urquiza, 1983, p. 32).
El Modelo Educativo Bolivariano fue creado y adaptado en respuesta a las
geopolíticas mundiales, que nos exigen avanzar al mismo ritmo y actuar de manera decisiva
en la formación de los estudiantes. Desde el siglo XX, el proceso de mundialización
capitalista ha adoptado diversas formas y dimensiones, provocando transformaciones
políticas, económicas y socioculturales que reflejan procesos de transculturización. En este
sentido, Morín (2017) señala: "El siglo XX nos mostró que la globalización de la
dominación tiene rostro político, incluso allí donde poderosos movimientos emprendieron
la transformación política, económica y sociocultural" (p. 16).
Este sistema educativo incorpora elementos doctrinarios fundamentados en las
ideas y legados del dúo Rodríguez-Bolívar, es decir, la relación Maestro-Estudiante, que
actúa como un eje transversal y núcleo central en sus visiones y misiones. Este enfoque
busca otorgar eficacia y eficiencia al sistema educativo, donde la autenticidad se entrelaza
con una autonomía emancipadora que refleja las realidades educativas vividas por nuestro
pueblo a lo largo de las épocas coloniales, preindependentistas, independentistas y
republicanas. Es fundamental que esta concepción decolonial se imponga sin necesidad de
recurrir al eurocentrismo, respetando todas las corrientes del pensamiento existentes en los
ámbitos paradigmático, metodológico, filosófico y pedagógico.
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La educación como derecho humano y deber social
La educación es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad, y en el
contexto venezolano, el artículo 102 de la Constitución Nacional de la República
Bolivariana de Venezuela (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta
Oficial Extraordinaria N° 36.860, Jueves, 30 de diciembre de 1999, con la Enmienda N° 1
aprobada por el Pueblo Soberano, mediante Referendo Constitucional, Gaceta Oficial
5908 del 19-02 2009) establece un marco legal que resalta su importancia como derecho
humano y deber social. Este artículo no solo reconoce la educación como un derecho
inalienable, sino que también establece las bases para un sistema educativo inclusivo,
equitativo y orientado hacia el desarrollo integral de los ciudadanos.
En primer lugar, el artículo 102 ejusdem afirma que la educación es un derecho
humano. Esta declaración implica que cada individuo tiene el derecho a acceder a una
educación de calidad sin distinción alguna. En un país con diversas realidades
socioeconómicas, garantizar este acceso es fundamental para promover la igualdad de
oportunidades. La educación se convierte así en una herramienta que puede transformar
vidas, derribar barreras y contribuir al desarrollo social y económico del país.
Además, el artículo califica la educación como democrática, gratuita y obligatoria.
Esta tríada de características subraya la responsabilidad del Estado en la provisión de una
educación accesible para todos. La obligatoriedad de la educación implica que el Estado
debe asegurarse de que ningún niño o joven quede excluido del sistema educativo. Este
enfoque no solo busca formar ciudadanos informados y críticos, sino también fomentar
una cultura de participación y compromiso social.
El rol del Estado en la educación es, por tanto, indeclinable. La Constitución
establece que es deber del gobierno garantizar la educación en todos los niveles y
modalidades. Esto requiere una inversión significativa en infraestructura, capacitación
docente y recursos educativos. La educación debe ser vista como una prioridad nacional,
no solo como un gasto, sino como una inversión en el futuro del país.
El artículo también destaca la educación como un instrumento del conocimiento
científico, humanístico y tecnológico. Este enfoque integral es esencial en un mundo en
constante cambio, donde las habilidades técnicas deben complementarse con el
pensamiento crítico y la ética. La formación de ciudadanos capaces de enfrentar los desafíos
contemporáneos requiere un currículo que promueva tanto el conocimiento técnico como
el desarrollo de valores y habilidades interpersonales. Otro aspecto relevante es el respeto a
todas las corrientes del pensamiento. Este principio fomenta un ambiente educativo
pluralista, donde se valoran diversas ideologías y enfoques pedagógicos. La diversidad de
ideas es fundamental para enriquecer el proceso educativo y preparar a los estudiantes para
interactuar en un mundo globalizado.
Asimismo, el artículo menciona el desarrollo del potencial creativo de cada ser
humano. Este énfasis en la creatividad sugiere que la educación debe ir más allá de la mera
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transmisión de conocimientos; debe incentivar la innovación y el pensamiento original. En
un entorno donde la creatividad es esencial para resolver problemas complejos, la
educación debe cultivar estas habilidades desde una edad temprana.
La educación también se presenta como un medio para fomentar la participación
activa y consciente en los procesos de transformación social. Esto implica que los educandos
no son meros receptores de información, sino agentes activos en sus comunidades. Al
empoderar a los ciudadanos para participar en la vida pública, se fortalece la democracia y
se promueve un sentido de responsabilidad social. Finalmente, el artículo resalta la
importancia de la colaboración entre el Estado, las familias y la sociedad en general. La
educación es un esfuerzo colectivo que requiere la participación activa de todos los sectores.
Las familias desempeñan un papel crucial en el proceso educativo, y su involucramiento
puede potenciar los resultados académicos y sociales de los estudiantes.
Asimismo, hay que destacar que el artículo 14 de la Ley Orgánica de Educación de
Venezuela de 2009 que establece:
Artículo 14. La educación es un derecho humano y un deber
social fundamental concebida como un proceso de formación
integral, gratuita, laica, inclusiva y de calidad, permanente,
continua e interactiva, promueve la construcción social del
conocimiento, la valoración ética y social del trabajo, y la
integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la
formación de nuevos republicanos y republicanas para la
participación activa, consciente y solidaria en los procesos de
transformación individual y social, consustanciada con los
valores de la identidad nacional, con una visión latinoamericana,
caribeña, indígena, afrodescendiente y universal. La educación
regulada por esta Ley se fundamenta en la doctrina de nuestro
Libertador Simón Bolívar, en la doctrina de Simón Rodríguez,
en el humanismo social y está abierta a todas las corrientes del
pensamiento. La didáctica está centrada en los procesos que
tienen como eje la investigación, la creatividad y la innovación,
lo cual permite adecuar las estrategias, los recursos y la
organización del aula, a partir de la diversidad de intereses y
necesidades de los y las estudiantes.
La educación ambiental, la enseñanza del idioma castellano, la historia y la geografía
de Venezuela, así como los principios del ideario bolivariano son de obligatorio
cumplimiento, en las instituciones y centros educativos oficiales y privados. (Ley Orgánica
de Educación. Publicada en Gaceta Oficial Nro. 5.929 de 15 de agosto de 2009)
El Modelo Educativo Bolivariano, en su esencia, se encuentra profundamente
enraizado en los principios establecidos tanto en la Constitución Nacional vigente como
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por la Ley Orgánica de Educación de Venezuela de 2009. En particular, el artículo 14 que
resalta la educación como un derecho humano y un deber social fundamental, concebida
como un proceso integral y gratuito. Este enfoque no solo promueve la formación
académica, sino que también busca la construcción social del conocimiento, integrando
valores éticos y sociales que fomentan la participación activa y consciente en la
transformación individual y colectiva. La ley subraya la importancia de una educación
inclusiva, laica y de calidad, que respete y valore la diversidad cultural de la nación
venezolana, abarcando visiones latinoamericanas, caribeñas, indígenas y afrodescendientes.
Este marco legal se alinea con la visión de Simón Rodríguez y Simón Bolívar, quienes
propugnaron por una educación que trascienda las fronteras del conocimiento
convencional y que esté abierta a todas las corrientes del pensamiento.
Además, el artículo establece que la didáctica debe centrarse en procesos que
fomenten la investigación, la creatividad y la innovación. Esto es fundamental para adaptar
las estrategias educativas a las diversas necesidades e intereses de los estudiantes,
promoviendo así un aprendizaje significativo y contextualizado. La inclusión de temas
como la educación ambiental, el idioma castellano, la historia y geografía de Venezuela, así
como los principios del ideario bolivariano, refuerza la necesidad de formar ciudadanos
comprometidos con su entorno y su país.
En conclusión, el artículo 102 de la Constitución Nacional de Venezuela como el
artículo 14 de la Ley Orgánica de Educación, establecen un marco robusto para la
educación en el país, promoviendo principios de equidad, inclusión y participación social.
Sin embargo, su efectividad dependerá del compromiso del Estado y de la sociedad en su
conjunto para garantizar que estos principios se traduzcan en prácticas educativas reales y
accesibles para todos. Solo así se podrá construir una sociedad más justa y equitativa, donde
cada ciudadano tenga las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial.
Un legado de transformación: Simón Rodríguez y Simón Bolívar
Las ideas de Simón Rodríguez, quien enfrentó desafíos significativos en su
búsqueda de una educación transformadora y liberadora, evidencian que el modelo
educativo actual no solo busca honrar su legado, sino también responder a las exigencias
contemporáneas de un mundo en constante cambio. A pesar de ser considerado diferente
en su tiempo, Rodríguez sentó las bases para una educación que valora el conocimiento
diverso y crítico.
En este sentido, el artículo 14 de la Ley Orgánica de Educación no solo establece
un marco normativo para la educación en Venezuela, sino que también refleja un
compromiso con la formación de nuevos republicanos y republicanas, capaces de participar
activamente en los procesos de cambio social. Así, se reafirma la relevancia del pensamiento
de Rodríguez y Bolívar en la construcción de un sistema educativo que aspire a ser inclusivo,
integral y transformador.
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Es importante reconocer que, a pesar del alto nivel de intelectualidad alcanzado por
nuestro Padre Libertador Simón Bolívar —en su papel como diplomático, analista
internacional, escritor, pensador, filósofo, periodista, legislador y estadista sus ideas
pedagógicas están profundamente vinculadas al pensamiento de su maestro y tutor, Simón
Rodríguez. Esto se evidencia en el diseño curricular del Sistema Educativo Bolivariano en
2007, que establece lo siguiente:
Sobre la base de la concepción de Simón Rodríguez acerca de la
educación, vista como un proceso colectivo e integrador y a la
sociedad como una gran escuela formadora de ciudadanos y
ciudadanas, la Educación Bolivariana se define como un proceso
político socializador que se genera a partir de las relaciones entre
escuela, familia y comunidad; la interculturalidad, la práctica del
trabajo liberador y el contexto histórico-social. p. 15.
El Modelo Educativo Bolivariano plantea una integración profunda entre docente
y estudiante, enmarcada en un proceso pedagógico de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo,
es fundamental destacar que este proceso debe invertirse desde la perspectiva del docente:
primero debe aprender para luego enseñar. Esta preparación previa, respaldada por
estudios formales, garantiza una educación de calidad y evita la imposición de modelos
externos. En este sentido, es crucial resaltar la importancia de la identidad nacional y
latinoamericana en el Modelo Educativo Bolivariano, inspirado en el pensamiento de
Simón Rodríguez. Esta propuesta pedagógica se contrapone a las injerencias externas que
a menudo actúan como instrumentos de intereses foráneos, influenciados por otras
naciones e instituciones que ostentan el poder.
Transformación educativa en Venezuela: hacia un modelo inclusivo y de calidad
La educación en Venezuela se encuentra en un momento crucial, donde la
necesidad de una transformación profunda se hace evidente. Este cambio no solo debe
centrarse en la estructura del sistema educativo, sino que también debe abordar la
formación docente, la inclusión social y la calidad educativa. En este contexto, el Modelo
Educativo Bolivariano se presenta como una alternativa viable, que busca construir una
educación pertinente y popular, capaz de responder a las realidades y desafíos del país.
Uno de los pilares fundamentales para lograr una transformación educativa efectiva
es el fortalecimiento de la formación docente. Los educadores son los agentes clave en la
implementación de un currículo que no solo sea relevante, sino que también fomente el
pensamiento crítico, la creatividad y la autonomía en los estudiantes. Para ello, es esencial
establecer metas claras que incluyan diversas vías de formación, siempre bajo un marco
legal y pedagógico sólido. Esta formación debe abarcar todos los niveles del sistema
educativo, desde la Educación Inicial hasta la Educación Universitaria, garantizando así
una formación integral y continua para los docentes.
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La visión y misión del Modelo Educativo Bolivariano se centra en ofrecer una
educación de calidad que sea masiva, pertinente y accesible para todos. Este enfoque
requiere un compromiso constante con la innovación educativa, basada en estrategias
inclusivas y participativas. La educación debe ser entendida como un motor de desarrollo
social, capaz de generar saberes a través del trabajo. En este sentido, los docentes tienen la
responsabilidad de transmitir valores fundamentales, como el respeto y la importancia del
trabajo en comunidad. La Educación Popular Robinsoniana se erige como una estrategia
clave para alcanzar estos objetivos. Promoviendo la pertinencia social, esta educación busca
no solo formar individuos competentes, sino también ciudadanos comprometidos con su
entorno. La masificación educativa debe ir acompañada de un enfoque en la calidad,
asegurando que todos los venezolanos tengan acceso a una educación que les permita
desarrollarse plenamente.
Desde 2003, las Misiones Educativas han sido fundamentales en la búsqueda de
una educación inclusiva y de calidad en Venezuela. Entre ellas destacan:
Misión Robinson: Un programa enfocado en la alfabetización de adultos a
través del método "Yo sí Puedo", que ha logrado reducir significativamente
el analfabetismo en el país.
Misión Rivas: Diseñada para ofrecer formación integral a jóvenes y adultos
que desean completar su educación secundaria o bachillerato.
Misión Sucre: Esta misión busca integrar a la población excluida del sistema
educativo tradicional mediante la creación de Aldeas Universitarias,
facilitando así el acceso a la educación superior.
Estos programas han demostrado ser efectivos en su objetivo de democratizar el
acceso a la educación y promover una cultura de aprendizaje continuo. La creación de
iniciativas como la Misión Árbol y el establecimiento de universidades como UNEFA,
UNES y UNIARTE son ejemplos claros de los esfuerzos realizados para transformar el
panorama educativo en Venezuela. Sin embargo, a pesar de estos avances, el sistema
educativo sigue enfrentando desafíos significativos. La influencia del pensamiento
pedagógico de Simón Rodríguez resuena aún en las prácticas educativas actuales, sugiriendo
que hay un camino por recorrer.
La fusión entre la educación tradicional y el modelo bolivariano podría ser un paso
hacia adelante. Si se lograra integrar estos enfoques, las estadísticas educativas podrían
reflejar un progreso tangible en la producción de conocimiento, ciencias y tecnologías. Este
avance permitiría a Venezuela diversificar su economía y reducir su dependencia del sector
petrolero, abriendo así nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible.
La transformación educativa en Venezuela es un proceso complejo pero necesario.
A través del fortalecimiento de la formación docente, la implementación de un Modelo
Educativo Bolivariano inclusivo y la promoción de programas estratégicos, es posible
construir un sistema educativo que no solo sea accesible, sino también de calidad. Este
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camino hacia una educación pertinente y popular es fundamental para el desarrollo integral
del país y para formar ciudadanos comprometidos con su realidad social. La educación es,
sin duda, el motor que puede impulsar a Venezuela hacia un futuro más próspero y
equitativo.
Simón Rodríguez y la búsqueda de una educación inclusiva y liberadora
Algunos detractores sostienen que su primer escrito, "Reflexiones", en el que
propone al Cabildo de Caracas en 1794 la creación de más escuelas públicas para las clases
sociales excluidas (pardos, mulatos, zambos, negros libres, esclavos e indígenas), se aleja del
republicanismo y el independentismo. Como señala Durán (2012), "lejos de ser un trabajo
de tinte republicano e independentista, es producto de un funcionario fiel a la corona" p.
3.
Por lo tanto, es fundamental comprender la magnitud del estudio realizado por el
Maestro Simón Rodríguez para valorar adecuadamente su obra. En primer lugar, debemos
reconocer su intencionalidad; en segundo lugar, apreciar los esfuerzos sobrehumanos que
enfrentó al dedicar alrededor de dos años a estudiar los sistemas educativos de Inglaterra,
Francia, Alemania, Italia y España. Durante este tiempo, participó en debates sobre
pedagogía en diversos espacios y contextos de Europa a finales del siglo XVIII, una época
en la que la Ilustración francesa avanzó significativamente en la promoción de los Derechos
Universales del Hombre, superando los ideales de los regímenes monárquicos de la época.
Es necesario analizar minuciosamente el pensamiento pedagógico de Simón
Rodríguez en sus dimensiones políticas, filosóficas, económicas, educativas y culturales para
desarrollar nuestro sistema educativo. Es esencial que lo planteado en los currículos se
cumpla en la práctica pedagógica revolucionaria, para que tanto seguidores como
detractores de nuestro potencial histórico, cultural e intelectual se mantengan al margen
de cualquier acción perjudicial. Asimismo, debemos elevar el estatus que se merece su obra,
que forma parte de la pedagogía crítica originaria de la venezolanidad, caracterizada como
una pedagogía emancipadora y liberadora, alineada con una visión decolonial que refleja
el sentimiento auténtico de los conciudadanos que hemos hecho vida en esta patria.
Las transformaciones educativas requieren un trabajo mancomunado y colectivo,
donde el compromiso es tanto individual como grupal desde cada centro de formación
educativa. Es importante considerar las diferentes ramas de la pedagogía, como la
conductista, constructivista, constructivista social, liberacionista, humanista y pragmática,
en concordancia con las tres pedagogías: familiar, institucional o escolar y social. Sin
embargo, es necesario precisar los modelos que se destacan, entre los que se encuentran el
tradicional, constructivista, conductista y proyectivo.
Además, la pedagogía abarca diversas dimensiones, incluyendo la política, filosofía,
sociología, psicología, historia y metodología, lo que convierte a este campo en un vasto
océano del conocimiento. Aunque puede ser tanto difícil como fácil de navegar, todo
depende de los procesos de lectura y escritura que se apliquen. No debemos considerar
El modelo educativo bolivariano, una expresión del pensamiento pedagógico robinsoniano
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estas posturas como visiones utópicas erróneas o equívocas desde el pensamiento
pedagógico de Simón Rodríguez. La utopía en este contexto se refiere a la formación de
nuevos republicanos, lo que implica el surgimiento de un nuevo ser humano y una nueva
comunidad. Debemos dirigir nuestra mirada hacia lo que muchos consideran imposible e
inalcanzable; es decir, aquellos que ven la educación popular robinsoniana como una
rotunda utopía social o parte del socialismo utópico en el contexto del proceso que se está
gestando en nuestra nación. Al respecto, Calzadilla-Carles (2007) sostiene que: "… pero esta
utopía socialista, que Robinson podía emprender en vista de la revolución radical que había
sufrido la América hispánica, requería simultáneamente una utopía humana: la creación
de un nuevo pueblo" p. 40
Hacia una educación integral y sostenible en Venezuela
En la actualidad, la República Bolivariana de Venezuela cuenta con los recursos
humanos y naturales necesarios para convertir sus utopías en realidades permanentes,
ajustadas tanto a las exigencias geopolíticas mundiales como a las necesidades propias del
país. Esto incluye la capacidad de competir en los mercados internacionales. Depende de
nosotros, como un país que es legal e históricamente libre, soberano e independiente,
alcanzar los logros necesarios para que los recursos naturales, tanto renovables como no
renovables, se invierta en educación, salud, ciencia y tecnología. Esto debe formar parte de
un desarrollo endógeno que produzca, a través de actividades agropecuarias, los insumos
necesarios desde adentro, generando así un desarrollo sustentable que garantice la
producción interna de recursos alimenticios básicos para la subsistencia, todo ello en
armonía con los recursos y la naturaleza.
Los tipos de desarrollo mencionados —endógeno, sustentable y sostenible—
dependen en gran medida del desarrollo estratégico de la nación. Es fundamental poner
en práctica las ideas del maestro Simón Rodríguez, quien, al igual que su máximo aprendiz,
el Libertador Simón Bolívar, se enfocó en dos principios fundamentales: la moral y las
luces, es decir, las virtudes y los saberes. Estos principios pueden servir como guía para la
conformación de una educación popular robinsoniana que abarque a toda la sociedad
venezolana.
Finalmente, como parte de la complementariedad robinsoniana y bolivariana, es
esencial que la formación integral de los nuevos republicanos incluya recursos logísticos
adecuados y una dirección hacia la obtención de una educación que prepare para el arte,
la profesión o los oficios, según el pensamiento pedagógico de Simón Rodríguez. Simón
Bolívar, asumió esta preparación formativa en las ciencias y las artes. Ambos plantearon sus
ideas bajo los principios de las luces, como sinónimo de saber, y la moral, representada por
las virtudes como valores sociales, destacando el respeto, la compostura, la disciplina y la
voluntad, sin distinción social, económica, política, étnica, religiosa o cultural.
Este enfoque debe extenderse a todas las áreas del conocimiento, tanto en ciencias
sociales como naturales o aplicadas, representando la esencia fundamental teórico-práctica
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de un modelo educativo en el que todos los miembros de la sociedad venezolana deben
participar. Solo así podremos transformar lo que hoy parece una utopía en una realidad
palpable, es decir, que esté presente en todos nuestros sentidos humanos. De este modo,
podremos alcanzar "la mayor suma de felicidad posible" a través del bienestar, el progreso,
el desarrollo y el crecimiento homogéneo de la nación.
Conclusiones
El Modelo Educativo Bolivariano representa un esfuerzo significativo por
transformar el sistema educativo en Venezuela, alineándose con los principios de inclusión,
equidad y calidad que son fundamentales para el desarrollo social y humano del país. Este
modelo no solo se basa en la legislación vigente, como la Constitución Nacional y la Ley
Orgánica de Educación, sino que también se nutre de la rica herencia pedagógica de
pensadores como Simón Rodríguez y Simón Bolívar, quienes abogaron por una educación
que fomente la libertad, la creatividad y el pensamiento crítico.
A lo largo del artículo, se ha evidenciado que la educación en el contexto
bolivariano se concibe como un proceso integral y continuo, que va más allá de la mera
transmisión de conocimientos. Se busca formar ciudadanos activos y conscientes, capaces
de participar en la transformación de su entorno y de contribuir al bienestar colectivo. La
inclusión de diversas corrientes de pensamiento, así como la valoración de la diversidad
cultural, son aspectos que enriquecen el proceso educativo y preparan a los estudiantes para
interactuar en un mundo globalizado.
La didáctica propuesta en este modelo se centra en la investigación, la creatividad y
la innovación, elementos esenciales para adaptar las estrategias educativas a las necesidades
e intereses de los estudiantes. Este enfoque no solo promueve un aprendizaje significativo,
sino que también fomenta el desarrollo del potencial creativo de cada individuo,
preparando a los educandos para enfrentar los desafíos del siglo XXI. La educación
ambiental, la enseñanza del idioma castellano, y el estudio de la historia y geografía de
Venezuela son componentes obligatorios que refuerzan la identidad nacional y el
compromiso social.
Sin embargo, la efectividad del Modelo Educativo Bolivariano depende en gran
medida del compromiso del Estado, las instituciones educativas y la sociedad en su
conjunto. Es fundamental que se garantice la implementación de estos principios en la
práctica educativa diaria, asegurando que todos los ciudadanos, sin distinción, tengan
acceso a una educación de calidad. La colaboración entre el Estado, las familias y la
comunidad es crucial para potenciar los resultados académicos y sociales, creando un
entorno propicio para el aprendizaje y el desarrollo integral.
Además, es importante destacar que la masificación educativa debe ir acompañada
de un enfoque en la calidad. La formación docente es un pilar esencial en este proceso, ya
El modelo educativo bolivariano, una expresión del pensamiento pedagógico robinsoniano
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que los educadores son los agentes clave en la implementación de un currículo que
responda a las realidades y desafíos del país. La capacitación continua de los docentes, así
como su empoderamiento en el proceso educativo, son fundamentales para garantizar que
la educación bolivariana cumpla con sus objetivos de transformación social.
El Modelo Educativo Bolivariano se presenta como una alternativa viable para
construir una educación pertinente y popular en Venezuela. A través de un enfoque
inclusivo y participativo, se busca no solo formar individuos competentes, sino también
ciudadanos comprometidos con su entorno y con la construcción de una sociedad más
justa y equitativa. La educación, entendida como un motor de desarrollo social, tiene el
potencial de generar saberes y habilidades que permitan a los venezolanos alcanzar su
máximo potencial, contribuyendo así al progreso y bienestar de la nación. La
implementación efectiva de este modelo educativo es, por tanto, un desafío que requiere la
colaboración de todos los sectores de la sociedad, con el fin de garantizar un futuro
prometedor para las nuevas generaciones.
Referencias
Calzadilla, J., & Carles, C. (2007). Robinson y Freire. Hacia la Educación Popular (1era ed.).
Caracas, Venezuela: Fundayacucho.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial Extraordinaria
36.860, Jueves, 30 de diciembre de 1999, con la Enmienda 1 aprobada por el
Pueblo Soberano, mediante Referendo Constitucional, Gaceta Oficial 5908 del 19-
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